EXPULSAN DEL CONVENTO A SOR
INTERNET
Sor María Jesús Galán, que
ha
anunciado en Facebook su expulsión del convento
toledano de los dominicos, dice no sentir rencor por lo
ocurrido y se declara preparada para iniciar "una nueva vida" y
cumplir su sueño de conocer Londres y Nueva York. "Estoy tranquila y
con paz. Son cosas que ocurren y lo mejor es seguir adelante", ha
dicho la ya exmonja tras anunciar el pasado martes que la habían
echado del convento.
"Hoy me han echado del monasterio. Hay unas keniatas que me han
hecho la vida imposible. La envidia
ha jugado mala pasada y han ganado ellas. Hoy fue el
delegado de vida religiosa y, junto con la priora y otras dos
monjas, han decidido que yo me marchara para que quedaran tranquilas
las keniatas. No tienen vocación, pero vienen a coger dinero para
las familias", escribió la monja en Facebook.
"Sor Internet", como así la rebautizó Efe en una entrevista en
diciembre de 2008, no ha querido explicar los pormenores que
rodearon su expulsión del convento para no "herir también a personas
que no han tenido ni parte ni culpa en el asunto".
"Han sido 34 años de vida religiosa de la que
nunca me he arrepentido y he sido feliz", afirma la exmonja,
que en su perfil de Facebook ha colgado una foto en blanco y negro
del rostro de una mujer con una lágrima brotando de un ojo.
La exmonja se ha inscrito en las listas del paro y busca trabajo
como contable. "Están las cosas difíciles, pero espero poder
encontrar algo", afirma.
Reiniciando la vida
Galán tiene que empezar de cero porque su vida
religiosa no se contabiliza para recibir compensaciones por estar en
paro, aunque se muestra optimista
gracias a su larga lista de amigos y, sobre todo, a sus
profundos conocimientos de Internet. Ella misma contó cómo en
ocasiones, en el convento, cuando no le funcionaba un ordenador se
entretenía en desarmarlo y volverlo a armar.
Fuentes del Arzobispado de Toledo han indicado que no han tenido
intervención alguna en la expulsión de la monja, que ha sido una
decisión que ha tomado de forma autónoma
la congregación de las religiosas
y no tiene "ninguna versión que ofrecer"."Sor Internet", que el
primero de enero cumplió 54 años, entró en el convento de clausura
toledano de Santo Domingo El Real (1364) "llamada por la Fe" en 1976
y fue la archivera del monasterio en el que introdujo las nuevas
tecnologías. "El archivo ha sido
para mí en momentos difíciles un aliciente. He disfrutado
mucho y he aprendido mucho. También, gracias al monasterio de Santo
Domingo el Real he ganado muchos amigos, incluso una placa de
reconocimiento por la utilización de las nuevas tecnologías",
explica sor María Jesús.
El 31 de mayo del año pasado, "Sor Internet" recogió de manos del
presidente regional, José María Barreda, la Placa del Reconocimiento
al Mérito Regional por su labor de
"catalogación de documentos y libros de la biblioteca
conventual, la introducción de tecnologías en un ambiente
tradicional y la contribución a su difusión por la red".
María Jesús Galán afirma: "Es triste lo que ha pasado, pero estoy
tranquila y si Dios quiere, saldré adelante.
Entré muy joven en el monasterio",
en el que ha estado 35 años, "y ha sido mi vida", afirma.
En una segunda entrevista el 22 de mayo de 2010 a propósito de la
concesión de la Placa al Mérito Regional, sor María Jesús dijo que,
aunque viajar "no es virtud", le gustaría conocer Londres y Nueva
York, ésta última ciudad porque le atraía mucho.
"No me quiero morir sin ir a
Londres y Nueva York", afirmó entonces, aunque era realista
y lo consideraba "difícil" porque nunca tuvo vacaciones, pero "quién
no te dice que de aquí a diez años nos dan 15 días de vacaciones y
entonces...".
Tras su expulsión del convento, sor María Jesús dice que quizás
ahora sí podrá cumplir sueño. "¿Te das cuenta que podré ir a Londres
y a Nueva York? Siempre he pensado que si deseas algo mucho,
al final Dios te lo concede",
señala en sus declaraciones. "Es tiempo de empezar una nueva vida.
Estoy tranquila y en paz. No quiero hacer daño a nadie. No merece la
pena. Además, ha sido bonito reencontrarme con los amigos de la
infancia y juventud. Con canas, algunas teñidas", relata.
"También con achaques, pero con la misma alegría de siempre. En
Facebook tengo puesto que nací feliz, vivo feliz y moriré feliz.
Pase lo que pase, la felicidad no nos la pueden quitar, aunque a
veces llore el corazón", concluye. Fuente
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