En el momento que tomas un refresco, el azúcar y la cafeína
corren por tus venas provocando un choque de energía similar al
subidón que producen la drogas, después sufrirás el consecuente
bajón; pero lo preocupante es lo que pasará al cabo del tiempo si
esto se convierte en un hábito. El consumo de bebidas gaseosas
azucaradas tiene importantes implicaciones en el desarrollo de
enfermedades graves, tanto en la juventud como en la edad adulta.
¡Ojo con lo que bebes!
Ganarás peso: Según un estudio publicado en 'The
Lancet' , beber este tipo de refrescos aumenta, hasta por seis,
el riesgo de padecer obesidad. Los resultados indican que el índice
de masa corporal (IMC) aumenta por cada ración de este tipo de
bebidas que consumen los niños.'The Journal of the American
Medical Association' también publicó un estudio realizado por la
Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard según el cual,
el excesivo consumo de bebidas gaseosas azucaradas es el causante
del aumento brusco de la diabetes y la obesidad en Estados Unidos.
Este tipo de bebidas contienen una gran cantidad de
carbohidratos, aproximadamente nueve cucharaditas de ázucar en cada
lata de 330 ml, con el agravante de la rapidez con la que se ingiere
esa dosis de glucosa. Este consumo excesivo de azúcar puede causar
cambios bioquímicos, más específicamente en la secreción de la
hormona insulina, y puede llevar rápidamente a un aumento de peso.
Es probable que tengas diabetes: Los niveles
elevados de insulina debido a la ingesta de una bebida azucarada
pueden aumentar el riesgo, a largo plazo, de otras patologías tales
como la diabetes de tipo 2.
Puedes desarrollar enfermedades del corazón: De
acuerdo con un estudio publicado en 2007 en 'Circulation',
la revista de la Asociación Americana del Corazón, los
individuos que tomaban un refresco todos los días durante un período
de cuatro años tienen un 25 por ciento más de probabilidades
de tener altos niveles de azúcar en la sangre y un 32 por
ciento más de tener bajos niveles del colesterol 'bueno'. El
estudio también revela que las mujeres que bebían más de dos bebidas
azucaradas al día tenían 40 por ciento más de riesgo de sufrir
ataques al corazón o muerte por enfermedad cardíaca que las mujeres
que rara vez bebían bebidas azucaradas.
Aumenta el riesgo de gota: La gota es una
enfermedad metabólica persistente, que produce un aumento del ácido
úrico circulante. Este se deposita en las articulaciones produciendo
inflamación con dolor sobre todo en los pies y las piernas. Este
problema se suele asociar también a la diabetes, obesidad y
enfermedades renales.
Según un grupo de investigadores de Vancouver (Canadá), en la
población masculina el consumo de bebidas gaseosas azucaradas
aumenta el riesgo de gota ya que presentan un
elevado contenido de fructosa, el único carbohidrato que incrementa
los niveles de ácido úrico.
Tus huesos y dientes se debilitarán: el ácido
fosfórico no permite la adecuada absorción de calcio en el
organismo, provocando su debilitamiento y la posibilidad de tener
fracturas, y sufrir osteoporosis. La combinación de este ácido con
azúcar refinada y fructuosa dificulta la absorción de hierro, lo que
puede generar anemia y mayor facilidad para contraer infecciones,
principalmente en niños, ancianos y mujeres embarazadas. Además, los
ácidos de estos refrescos afectarían el esmalte dental, provocando
su erosión.
Varios estudios, incluyendo el estudio de 2007 publicado en la
revista Circulation, sugieren que las bebidas gaseosas light tienen
casi los mismos efectos en la salud como las sodas regulares, a
pesar de no tener ninguno o muy poco de azúcar. ¿Por qué? Beber
refrescos suele ser parte de un estilo de vida que no es muy
saludable.