Un estudio reveló que los hombres circuncidados sufren menos
cortes, abrasiones y otras lesiones leves en el pene durante las
relaciones sexuales, lo que explicaría por qué la circuncisión
reduce el riesgo de transmisión del VIH en parejas heterosexuales.
Los autores usaron datos de un
ensayo clínico realizado en Africa entre unos 2.800 hombres de 18 a
24 años, algunos de los cuales fueron circuncidados al azar.
En el 2005 y el 2006, ese y otros
dos ensayos en Uganda, Sudáfrica y Kenia, demostraron que la
intervención reduce hasta un 60 por ciento el riesgo masculino de
adquirir el VIH por sexo heterosexual.
El equipo halló que, en dos años,
los hombres circuncidados eran un 39 por ciento menos propensos que
aquellos sin circuncidar a sufrir alguna lesión peniana durante las
relaciones sexuales.
Eso sugiere que la disminución del
riesgo sería uno de los motivos por los que la práctica reduce la
transmisión del VIH, según el equipo de Supriya D. Mehta, de la
University of Illinois, en Chicago.
Existen algunas teorías acerca de
por qué la circuncisión protegería del VIH durante el sexo, precisó
el equipo en Journal of Urology.
Una es que, al reducir la cantidad
de mucosa expuesta, reduciría el acceso del virus a las células que
ataca. Otra es que la piel más delgada en la cicatriz de la
circuncisión impediría que el virus ingrese al organismo.
Y las lesiones penianas leves, como
cortes, raspaduras y desgarros en la piel por los que podría
ingresar el VIH, también tendrían un rol. Estudios previos habían
hallado que los hombres sin circuncidar tendrían tasas más altas de
lesiones que los hombres circuncidados.
Al inicio del nuevo estudio, el 64
por ciento de los participantes había sufrido alguna lesión peniana
durante las relaciones sexuales en los seis meses anteriores. La
mayoría eran raspaduras, cortes o abrasiones y en el 17 por ciento
de los casos hubo sangrado.
En el sexto mes del estudio, la tasa
de lesiones disminuyó. En el segundo año, el 31 por ciento de los
hombres circuncidados había tenido alguna lesión peniana durante los
seis meses previos.
Los hombres sin circuncidar también
sufrieron menos lesiones, aunque de manera no tan significativa (el
42 por ciento dijo que había sufrido una en los seis meses previos).
Eso, según el equipo, se debería a
la mejora generalizada en ambos grupos de las prácticas sexuales,
como un mayor uso de preservativos y menos parejas sexuales.
Los hombres que habían tenido varias
parejas sexuales el mes previo tendían a tener más lesiones que los
monógamos. Por otro lado, el uso de preservativo y el hábito de
higienizar el pene en la hora previa a tener relaciones disminuyeron
el riesgo de sufrir lesiones.
El equipo sostuvo que los nuevos
estudios deberían analizar el papel de esas heridas en la
transmisión del VIH u otras enfermedades de transmisión sexual.