El Vaticano se ha quejado este
viernes, en un comunicado, por el modo en el que se llevaron a cabo
los registros, realizados
también en la vivienda personal de un cardenal. Los registros
estaban motivados en una denuncia que acusaba a miembros de la
Iglesia Católica de abuso sexual a menores.
Las tumbas de dos cardenales
La Santa Sede asegura que durante los
registros se produjo "la
profanación de las tumbas de los cardenales Josef-Ernest
Van Roey y Léon-Joseph Suenes, difuntos arzobispos de
Malinas-Bruselas", y añaden que "a la consternación por tales
acciones, se añade el lamento por algunas infracciones de la
confidencialidad, a las que tienen derecho propio esas víctimas por
las que se han llevado a cabo los registros".
Aunque parecen darle más importancia
a la profanación de tumbas que a los delitos de pederastia que se
investigan, el Vaticano ha querido expresar también su "firme
condena a todo tipo de acto pecaminoso y criminal de abuso
a menores por parte de la Iglesia".
Registro en busca de pruebras
Este jueves agentes de la policía
belga y funcionarios judiciales
registraron la sede del arzobispado de Malinas-Bruselas y
la vivienda personal de un cardenal en busca de documentos que
corroboren una denuncia de abuso sexual a menores por parte de
miembros de la Iglesia Católica.
La operación, decidida por
la fiscalía de Bruselas, incluyó también un registro en las
dependencias de la catedral de Sint-Rombouts (Malinas) situada al
lado de la sede arzobispado, adonde la policía llevó dos camiones
para trasladar documentos a la capital belga. Los investigadores
también acudieron al domicilio del anterior arzobispo, el cardenal
Godfried Danneels (de 77 años), quien ocupó el puesto desde 1979
hasta enero pasado.
La investigación se abrió
recientemente tras varias
declaraciones que apuntaban a abusos sexuales a menores que
podrían haber sido cometidos por un cierto número de personas en el
seno de la Iglesia Católica belga.