Rafa Nadal
gana su quinto Roland Garros
El español Rafa
Nadal se hizo con su quinto título de Roland
Garros, y el segundo sin ceder un set, al vencer en la
final al sueco Robin Soderling por 6-4, 6-2
y 6-4. Con esta victoria, en dos
horas y 18 minutos, Nadal recupera el puesto de número
uno del mundo que había perdido el 22 de junio del 2009,
y que mantuvo durante 46 semanas. Y Roger Federer
no podrá igualar las 286 semanas al frente de la clasificación
mundial.Con la reina Sofía en primera fila
del palco, Nadal desquició a
Soderling con su seguridad, resto y movilidad desde el
fondo y logró imponerse en dos horas y 18 minutos.
El sueco, anclado en sus dos mejores golpes, el servicio y la
derecha, se encontró con el único jugador que ha sabido leer estas
dos poderosísimas armas durante toda la quincena.
Partido perfecto
Rafa Nadal hizo el partido perfecto,
en el lugar perfecto y ante el rival perfecto, para completar una
temporada de tierra batida
inigualable.
En dos horas y 18 minutos de casi
absoluta perfección, Nadal ganó por quinta vez en París por
6-4, 6-2 y 6-4, y se situó a un solo título de igualar los seis del
sueco Bjorn Borg (en dos periodos). En el día en el que "Ice Borg"
cumple 54 años, el de Manacor ganó el séptimo título del Grand Slam
de su carrera, el 40 en total de su palmarés. Borg necesitó siete
intentos para triunfar cinco veces aquí, Nadal una menos.
Y además lo hizo
sin ceder un set, como en 2008,
tal y como en su tiempo lograron el rumano Ilie Nastase (1978) y el
propio Borg dos veces (1978 y 1980). Rafa, que acabó llorando y
secándose las lágrimas con una toalla tras apuntillar su fenomenal
victoria, se revolcó antes en la tierra de Philippe Chatrier, como
en aquel mayo de 2005, cuando empezó a escribir su historia
particular en París.
El italiano Nicola Pietrangelli, ganador en dos ocasiones de este
torneo, 1959 y 1960, entregó la
Copa de los Mosqueteros a Nadal quien tuvo incluso arrestos
para hablar en francés. "Gracias, por vuestro apoyo. Este es el
momento más emocionante de mi carrera", dijo, para luego, en
español, agradecer a la reina de España Sofía su presencia.
"Quiero agradecer la presencia de su Majestad la reina y al resto de
autoridades. Estar aquí es muchísimo más que un sueño, después de un
año difícil", añadió en inglés.
También felicitó Nadal a Soderling,
su verdugo en los octavos de final del pasado año. "Quiero
felicitarte por los dos años en los que has alcanzado la final, y un
poco te pido perdón, pero mi obligación era ganarte hoy", y tuvo
palabras para los que colaboran en el torneo: "Me habéis hecho
sentirme durante estos seis años como en casa".Soderling
aceptó la derrota con deportividad.
"Tengo que comenzar felicitando a Rafa: Tu victoria es impresionante
y creo que podrás ganar muchos más Roland Garros en los próximos
años. Amo este torneo y al público que me ha apoyado. Es
extraordinario poder jugar delante de vosotros. Espero volver y que,
a la tercera, pueda lograrlo", dijo.
El público de la central no tuvo más remedio que rendirse a la
evidencia. Todos en el palco
principal, la cantante Beyonce y su marido, el rapero Jay
Z, François Fillon, primer ministro de Francia, el actor Jean Paul
Belmondo, Jean Todt, presidente de la FIA, y el secretario de Estado
para el Deporte, Jaime Lissavetsky, con su homóloga francesa Rama
Yade, entre otros, disfrutaron con Nadal.
El temido saque de Soderling no fue tanto, porque
Nadal estuvo al resto sublime, e incluso igualó en "aces",
siete, con el de Tibro para terminar el torneo con 19, pero lo que
marcó la diferencia fue su solidez con el servicio y su serenidad
para abortar las ocho oportunidades que tuvo Soderling para
romperle.
Nadal llevó el partido a su terreno, a la
lucha desde el fondo,
donde Soderling se desquiciaba porque sus bombas no hacían el efecto
que tuvo contra los anteriores rivales. Nadal era capaz de aguantar
hasta 26 intercambios y ganar el punto, de bajar y subir la bola, y
de resguardar su revés con su derecha, moviéndose a la perfección de
lado a lado.
Por la mañana diluvió y la pista se tornó más húmeda y lenta, en
teoría favorable al robusto brazo del sueco, pero éste no supo sacar
partido de esa ventaja, o Rafa lo impidió. Soderling asumió que no
podía con el mejor en la historia sobre tierra en el segundo juego
del segundo set, cuando dispuso de cuatro bolas de rotura. Y allí se
vio al mejor Nadal.
En una de ellas, Nadal luchó con imaginación y con sabiduría,
neutralizó un remate profundo y tuvo luego la osadía de acudir a
rematarlo a la red, donde ganó el punto con una suave volea. El
público se volvió loco
entonces, porque quizás habían presenciado el punto del torneo.
Ahí, Soderling, el primer hombre
capaz de derrotar a dos campeones de Roland Garros seguidos,
el séptimo sueco que alcanzaba la final de París, el que podía haber
sido el cuarto de esta nacionalidad en ganar el título en la capital
francesa, comprendió que Nadal, más que nunca era indestructible, y
se rindió a la evidencia.
Nadal ganó un cheque por 1.120.000 euros, y lo más importante, tiene
asegurada ya su presencia en la Copa Masters de Londres. Soderling
ganó otro por 560.000 euros y se colocará sexto el lunes.

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