LA INAPETENCIA SEXUAL
A pesar del tópico, este problema lo poseen tanto hombres
como mujeres, siendo una de las principales causas de consultas en
terapias de pareja. Su porcentaje alcanza un treinta por ciento y es
padecida según El Diario de la Asociación Medica de Norteamérica por
cuatro de cada diez mujeres y tres de cada diez hombres. Pero la
inapetencia sexual no es el problema sino un síntoma más de que algo
marcha mal.
Algunos lo llaman "anorexia sexual", si
consideramos el deseo sexual como el apetito. Es para nosotros tan
impensable que no queramos acercarnos a la mesa, como que algún día
llegara el momento en el que tuviéramos que buscar excusas para
evitar relaciones sexuales, del mismo modo que hacen los anoréxicos
respecto a la alimentación. La apetencia sexual aparece en el niño
desde sus primeras experiencias vitales: el contacto con el pecho
materno, las caricias de los padres, los juegos con otros chicos
El deseo es un fenómeno absolutamente
psicológico, se apoya sobre estructuras cerebrales, y está regulado
por neurotransmisores que lo exaltan o lo inhiben. Estas formaciones
están relacionadas con las experiencias personales, y no son
automáticas. Es un proceso que parte de la historia personal y no es
más que un fenómeno que se sobrepone a otro que poco tiene que ver
con lo sexual. Aunque no significa necesariamente que se haya
terminado el amor o la que relación de pareja se haya destruido.
Ante este problema, la solución fácil
para las mujeres es la simulación del orgasmo. Este remedio sólo
consigue evitar enfrentamientos y males mayores aunque no hace más
que empeorar la situación de quien lo sufre. Se pueden buscar las
causas en diferentes situaciones personales. Veámoslas de forma
general:
- Uno de los casos más comunes se da cuando existe la
frustración, por desatención o por la falta de cariño. En este
caso la falta de deseo no es más que una manifestación del
desvanecimiento de la química, pasión o el erotismo. Este
fenómeno no afecta únicamente a la mujer.
- Aquellas personas que nunca se han sentido muy sexuales, es
más, lo han tomado como algo no imprescindible, su relación con
personas sexualmente normales confluye en problemas.
- Personas con una educación familiar y/o religiosa muy
represiva, o que han experimentado una experiencia traumática.
Para estas personas el sexo significa algo oscuro, maligno y
sucio.
- Aquellos que aunque han tenido una vida sexual normal, su
inapetencia coincide con una crisis de pareja.
- Aquellos en cuyas relaciones de pareja se les aplica un
papel de sometimiento y donde el rencor se manifiesta con la
falta de deseo.
- Los depresivos y las personas obsesionadas con su trabajo
pierden una de las partes más importantes de sus vidas, la
sexual.
- Aquellas personas que han encontrado otro "objeto" del
deseo, fuera del ámbito de la pareja.
De forma general, la principal causa
de esta carencia proviene del estilo de vida que poseemos. Mientras
que para los hombres la falta de erección es un problema que está a
la vista, que afecta a su virilidad y necesita una rápida solución,
para las mujeres este problema tarda en ser consultado al
especialista. Este fenómeno tiene como origen general, la falta de
diálogo, esto hace que la mujer retraiga el deseo, que no sea capaz
de expresar sus sentimientos por miedo al ridículo o a frustrar a su
pareja. Normalmente el hombre no entiende qué le ocurre a la pareja
y de esta manera comienza el distanciamiento. Y esta distancia
provoca que la mujer se sienta incomprendida o no considerada.
Vencer los temores
La solución a este problema tan común se encuentra en poder vencer
el tabú y los temores. La principal ayuda está en el inicio de la
comunicación en torno a las necesidades sexuales, no debemos temer
comentar con nuestras parejas qué esperamos o qué nos gusta. Debemos
evitar la ansiedad en la relación, siendo sinceros y buscando
siempre el placer de ambas partes. Conocer al otro también incluye
considerar sus necesidades sexuales.
Sin olvidar que el deseo es un
fenómeno fluctuante y que no es automático, el hecho de que no
sintamos deseo en un momento de nuestra vida no significa que el
amor haya terminado o que se ha acabado la atracción. Es evidente
que la sexualidad del hombre y la mujer es diferente, aunque desde
luego son más las semejanzas que las diferencias, no estamos en la
mayoría de los casos ante un problema hormonal, ni ante el desamor.
Allí donde ha habido pasión, puede volver a existir pero para ello
es necesario dedicación, compresión, comunicación, tolerancia y si
es necesario, ayuda especializada.
Fuente
LAS MENTIRAS Y TABÚES DEL SEXO
EL ROL SEXUAL DEL HOMBRE Y LA
MUJER
CÓMO COMPLACER SEXUALMENTE A
LAS MUJERES
¿EXISTE LA BISEXUALIDAD?
LAS DIFERENTES FASES DE LA
RELACIÓN SEXUAL
CÓMO BESAR BIEN
TRUCOS PARA SENTIR UN ORGASMO
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