Los secretos de la Gran Muralla China
Actualmente la República Popular de China cuenta con
1300 millones de habitantes, un quinto de la población mundial,
pudiéndose considerar la potencia mundial del siglo XXI. Pero esta
hegemonía también la disfrutó a lo largo de su historia, que comenzó
en el año 581 a.C.
Durante sus 1000 años iniciales, China
fue una de las mayores civilizaciones del mundo, tanto en tamaño
como en desarrollo. En el transcurso de la dinastía T'ang (618 -
907) se inventaron la imprenta, un sistema parecido a los sellos de
hoy en día, y la pólvora, una mezcla de carbón, azufre y salitre que
explotaba en contacto con el fuego.
En la dinastía Song (960 - 1279), hubo un desarrollo
impresionante en la actividad económica, aumentó la población y
crecieron las ciudades, llegando a superar los dos millones de
habitantes, se desarrolló una economía monetaria y la producción
industrial se incrementó. El desarrollo económico de la dinastía
Song llegó a su fin con las conquistas de los mongoles, que causaron
aproximadamente 30 millones de bajas.
La Gran Muralla China
Además de la pólvora y la imprenta, los chinos también inventaron
los cohetes, la brújula, la tinta, el papel, la porcelana y las
cometas, pero sin duda la construcción de la Gran Muralla China
supuso uno de los acontecimientos más importantes en la historia de
China, junto con el complejo funerario de los guerrero de Terracota
de Xi'an, convirtiéndose en una de las grandes maravillas del mundo.
Su longitud de 8.851 kilómetros se extendía a través de las montañas
de Corea llegando incluso a las aguas del mar Bohai hasta el
Desierto de Gobi. Actualmente, sólo se conservan 2414 km., siendo el
sector más visitado el paso de Juyong-guan, cerca de la capital
Beijing, que cuenta con muros que sobrepasan los ocho metros de
altura, erigidos en 1381 por el emperador Hogwu de la dinastía Ming.
La gran muralla china fue construida inicialmente para proteger un
antiguo imperio chino de las tribus que merodeaban por el norte,
pero se convirtió en una impulsora del comercio con otras
civilizaciones llegándose a convertir en un símbolo del ingenio y la
voluntad del pueblo chino. La sección más antigua de la Gran Muralla
fue iniciada en el 221 a. C., estaba realizada en tierra batida.
El gran Emperador, Qin Shi Huang
El primer emperador chino, Qin Shi Huang, restauró las murallas
antiguas y las unió con una nueva construcción para crear una masiva
fortificación de 4800 kilómetros de largo para proteger las
fronteras del norte contra los ataques de nómadas merodeadores. Gran
parte de la muralla Qin fue construida con piedras colocadas unas
sobre otras, pero donde las piedras eran escasas, los ingenieros
construyeron la muralla con capas de tierra compactada.
Para construir la gran muralla el emperador movilizó un ejercito
de 300.000 hombres además de obligar a millones de personas a
trabajar en la construcción. Estos obreros provenían de cárceles,
eran prisioneros o simplemente conscriptos reclutados a la fuerza
para trabajar. Se calcula que gran parte de los obreros murieron en
la construcción debido a las pésimas condiciones de vida en el lugar
y que fueron enterrados directamente en la muralla. Al parecer, más
de 400.000 personas fueron sepultadas debajo de su estructura a lo
largo de toda su construcción.
La Gran Muralla fue uno de las obras públicas monumentales de Qin
Shi Huang, su otro proyecto asombroso fue su propia Tumba, en la
cual trabajaron 700,000 obreros durante 34 años. La tumba,
descubierta a mediados de la década de 1970, es un palacio
subterráneo e intricado, diseñado como una réplica en miniatura del
reino Qin, con ciudades a escala, ríos de mercurio, cielos decorados
con joyas, y un ejército de 7,000 guerreros de terra-cota para
defenderlo.
Una nueva dinastía, la Han, que estableció el primer sistema de
escuelas públicas, restauran la ruinosa muralla Qin y la extendieron
en casi 500 kilómetros más a través del desierto de Gobi. Dentro de
este periodo se establecen las legendarias Rutas de la Seda.
Comerciantes de Roma, Antioquía, Baghdad y Alejandría viajaban hacia
el este para comerciar con jade, oro, especies, caballos, gemas
preciosas y, desde luego, seda. Pasando todas estas rutas a través
de la Gran Muralla.
Los Han también agregaron torres de vigilancia a la Muralla,
espaciadas cada 25 a 50 kilómetros, salvando cordilleras montañosas
de hasta 3.500 m de altura, para defenderse de los asaltos de los
hiung-nu (hunos). Se usaba columnas de humo para avisar a los
defensores de un ataque. Una columna de humo significaba que una
puesta estaba siendo amenazado por una fuerza de menos de 500
tropas; dos columnas indicaban una fuerza de ataque menor de 3,000,
y así continuaba. Los Han encontraron que el sistema de señales
enviaba los mensajes más rápidamente que un jinete en un caballo.
Descubrimientos Chinos
En dicho periodo también se inventó el papel, la porcelana y la
primera carretilla del mundo, lo que permitía que un solo obrero
transportara una carga tan pesada como 200 kilogramos. Durante esta
dinastía, los científicos chinos crearon el primer compás del mundo
y el primer sismógrafo simple.
Sin embargo los mayores constructores de muralla fueron los Ming,
cuyos sorprendentes logros dejan pequeños lo que anteriormente
habían hecho los Qin y los Han. Los Ming no solamente construyeron
más murallas que cualquier otra dinastía, sino que las suyas también
eran mayores, más largas, más adornadas y más imponentes. La muralla
con la que estamos familiarizados es la de ellos.
La muralla Ming serpentea acrobáticamente a través de los terrenos
más difíciles de China, elevándose en algunos lugares a un ángulo de
70 grados. Tal trabajo de ingeniería no habría sido posible sin la
avanzada tecnología Ming para hacer ladrillos.
En un tiempo en que los constructores europeos todavía dependían
de piedras afanosamente cortadas, los Ming estaban usando hornos
modernos para producir ladrillos masivamente, que eran tan fuertes
como los bloques de construcción de la actualidad. Los científicos
Ming inventaron la rueda de alfarero y desarrollaron hornos
especiales de alta temperatura capaces de producir porcelanas de
calidad exquisita. El resultado fue la famosa porcelana azul-blanco
que se convirtió en una sensación instantánea en Europa y que
todavía lleva el nombre de la dinastía.
A finales del siglo XIV, en la cima de las proezas chinas en alta
mar, un capitán Ming nombrado Zeng-He navegó, con 300 naves, tan
lejos como el Golfo Pérsico y Madagascar. Todavía faltaban 100 años
para que Colón soñara con encontrar una ruta marina hacia China...
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