Berlusconi
dimite?
"Me apetecería irme de
Italia, y lo haría si no fuera justo eso lo que desean mis
enemigos". Esta frase, atribuida hoy por distintos medios afectos a
Silvio Berlusconi, denota el abatido estado de ánimo del primer
ministro italiano. Berlusconi se siente acosado, asediado por la
prensa, los jueces y los poderes fácticos.
Il Giornale
afirma que hay en marcha un golpe contra él, y en la coalición de
Gobierno se habla ya sin tapujos de elecciones anticipadas. Otros
medios destacan que Berlusconi teme además la inminente publicación
de novedades en el escándalo de prostitución protagonizado por el
empresario Gianpaolo Tarantini.
Umberto Bossi, ministro de Reformas y
líder de la Liga Norte, ha dicho hoy que no cree que vaya a haber
elecciones anticipadas, pero ha añadido que, en todo caso, "la Liga
está preparada". Su explicación al clima de crispación que vive el
país es en todo caso pintoresca: "Es un problema de mafia. Hemos
hecho leyes durísimas contra la mafia y el riesgo era que se la
tomaran con Berlusconi. Las prostitutas las mueve la mafia".
Tanto Berlusconi como su hija Marina,
la presidenta de Fininvest, no ocultaron ayer su irritación por la
sentencia ejecutiva del caso Mondadori, conocida el sábado, y
que condena a su holding financiero a pagar 750 millones de euros,
la mayor indemnización de la historia del país, a Carlo de
Benedetti, dueño de CIR, el grupo editor de La Repubblica.
Corresponsabilidad en el
soborno
Hoy se han conocido los detalles de
la sentencia. El juez considera que Berlusconi fue "corresponsable"
del soborno al juez que decidió el litigio por la editorial
Mondadori a favor de Fininvest. En 2007, Cesare Previti, mano
derecha de Silvio Berlusconi, fue condenado en firme por el soborno
del juez que dictó el llamado Lodo Mondadori, y De Benedetti impulsó
una causa civil pidiendo una reparación económica por daños. El juez
de Milán le ha dado ahora la razón al considerar que el juicio fue
injusto. Berlusconi ha anunciado que apelará, pero no tiene
esperanza de obtener resultados.
La idea que toma cuerpo en las filas
del centro derecha es que hay un complot todoterreno contra
Berlusconi. Hoy, en Il Giornale, Vittorio Feltri publica en
primera página una foto del primer ministro meditabundo y cansado, y
titula: "Esto es un golpe, defendámonos". El artículo sostiene que
"Berlusconi ha sido atacado por la billetera para que entienda por
las malas lo que no ha entendido por las buenas: que debe abandonar
la política". Afrontar esa indemnización multimillonaria supone,
añade Feltri, "asesinar a Mondadori y a Fininvest, y herir de muerte
a Mediaset".
Más casos pendientes
Las cosas pueden empeorar aún más a
partir de mañana. La Corte Constitucional analizará el Laudo Alfano,
la ley de inmunidad para los cuatro altos cargos del Estado (aunque
en realidad solo le afecta a él) aprobada el año pasado por
Berlusconi. Si el Tribunal la tumba y decide que es
inconstitucional, Berlusconi sería probablemente llamado a juicio
por el caso David Mills, que ya condenó hace unos meses al
abogado británico. La sentencia consideró probado que Mills fue
corrompido por Berlusconi para que declarara a su favor en dos
procesos, pero suspendió el procesamiento del primer ministro a la
espera de la resolución sobre el laudo.
Mientras, Francesco Rutelli, miembro
democristiano del Partido Democrático, ha dicho hoy que la
alternativa a una hipotética dimisión de Berlusconi sería un
Gobierno técnico "que afronte los problemas económicos e
institucionales y haga las reformas necesarias". En torno a Rutelli
se ha forjado la idea de un Gran Centro alternativo al Pueblo de la
Libertad, y se dice que la operación involucraría a Gianfranco Fini,
cofundador del partido de Berlusconi; Luca Cordero de Montezemolo
(patrón de Fiat) y Pierferdinando Casini, líder de la UDC.
Algunos analistas piensan que a
Berlusconi le convendría convocar nuevas elecciones de forma rápida,
ya que así las perspectivas serían mejores para el Pueblo de la
Libertad que para una oposición dividida, rota e inmersa en el
camino al congreso del PD, que a día de hoy no tiene líder.
El portavoz del PDL, Daniele
Capezzone, ha llamado a las bases del partido a mantenerse
vigilantes ante "el intento, ahora más que nunca evidente, de
revocar la decisión de las urnas con turbias operaciones de salón,
de Tribunales y de Palacio. Berlusconi, el Gobierno y el PDL tienen
una relación sólida con los ciudadanos, y una amplísima mayoría de
electores no consentirá que su voto sea humillado y subvertido".
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