El problema es que ahora, como todos
los récords que molan ya están pillados, la gente se tira a hacer
cualquier cosa con tal de figurar en el dichoso librillo.
Entre el
ejército de frikis que se alistan
en los Guinness está Jeremy Stroud, que el pasado dos de
mayo se perforó el cuerpo hasta 1.197 veces para obtener un récord
de lo más estúpido: ser la persona con más piercings en el
cuerpo.
Al menos, Jeremy lo consiguió.
Imaginad que, después de todo el esfuerzo, se hubiera quedado a
uno...
Si tenéis curiosidad por saber dónde
se los hizo, la prensa norteamericana señala que tiene, más o menos,
800 en la espalda (se acabó dormir
boca arriba), 300 en su brazo derecho (se acabaron los
análisis de sangre en ese brazo), 50 en su pierna derecha (se
acabaron los masajes en esa pierna) y 20 en su brazo izquierdo.
Tenía previsto hacerse 2.000
piercings, pero su cuerpo no estaba de acuerdo con la idea. Tuvo que
parar antes porque por poco le da un patatús.
Dice que para él los
piercings son "terapéuticos". Y yo le contesto:
¿para eso no sería
mejor la acupuntura?