El enjuiciado se ha declarado
culpable de todos los cargos en su contra, incluyendo el de
homicidio de uno de los niños nacidos como fruto de las
relaciones incestuosas que mantuvo con su hija Elisabeth.
El pequeño, que nació con graves problemas respiratorios,
murió pocos días después de nacer porque su abuelo-padre no quiso
llevarle a un hospital.
En el primer día de juicio, Fritzl no
aceptó el cargo de homicidio, y sólo asumió su culpa
en la acusación de delitos sexuales. Entonces apareció en el juzgado
ocultando su rostro tras un archivador azul.
"No sé por qué no ayudé"
Durante la sesión de hoy el
Monstruo de Amstetten reconoció que "debería haber hecho algo"
para evitar la muerte de su hijo-nieto.
"No sé por qué no ayudé.
Pensaba que el bebé podría superarlo", dijo Fritzl, que
recordó su presencia en ese parto en 1996.
"Me declaro culpable. Debería haber
reconocido que el bebé estaba mal", manifestó el acusado.
La reacción de Frizl fue inesperada
para todos, incluido su abogado, Rudolf Mayer, que reconoció estar
"sorprendido", aunque conjeturó cuál puede haber sido el detonante
de ese cambio de actitud: el testimonio de Elisabeth grabado en
vídeo, que fue presentado ayer al jurado.
Conmocionado por el vídeo
Mayer indicó que tras el visionado
del vídeo Mayer solicitó la atención de un psiquiatra tras lo que el
abogado definió como una fuerte "experiencia emocional".
Mayer dio por hecho que el visionado del vídeo dejó a su cliente
"conmocionado".