"Los ministros han decidido que las
condiciones políticas y militares son adecuadas para un ajuste
gradual de las fuerzas de KFOR hacia lo que llamamos una
presencia de disuasión", ha dicho el principal responsable
político de la Alianza.
El plan de retirada prevé la salida
de un tercio de los efectivos
en enero de 2010 (hasta los 10.000), con el objetivo final de que en
un máximo de dos años quede sobre el terreno un contingente de unos
2.200 soldados, desde los 14.000 actuales.
Esta "fuerza pequeña", más flexible y
dedicada a tareas de inteligencia,
permanecerá en Kosovo "hasta que sea necesario". La voluntad de
mantener un entorno seguro para mayorías y minorías "sigue siendo
firme", ha destacado Scheffer en referencia al pequeño porcentaje de
población serbia que permanece en el territorio de mayoría albanesa.
La misión europea para la formación
de un estado de derecho y la
policía kosovar "son bastante capaces de desempeñar sus
funciones respectivas para garantizar la seguridad", ha dicho. Por
ello, la decisión de retirar la gran mayoría de las tropas es "un
reflejo de lo lejos que Kosovo y la región entera han llegado", ha
asegurado.
Tras esta decisión política, Scheffer
se dirigirá al Consejo del Atlántico Norte para que el máximo órgano
decisorio de la OTAN dé su visto bueno a iniciar la retirada, algo
que ocurrirá "relativamente rápido",
según fuentes aliadas.
En principio, los militares han
previsto una salida en tres fases:
bajar de 14.000 a 10.000 soldados en enero, a 5.700 en una segunda
fase y a un contingente "disuasorio" de 2.300 soldados dentro de
entre doce y veinticuatro meses desde que se retire al primero de
estos soldados.