SALMONELA EN ESPAÑA -
DESCRIPCIÓN Y TRATAMIENTO
Es una de las enfermedades estrella del
verano. Muy contagiosa, provoca diarrea y fiebre, e incluso puede
tener un desenlace mortal
Puede estar en las verduras y frutas
mal lavadas, en el pescado mal conservado, en la carne cruda, en la
leche no hervida e incluso en aguas no tratadas. La presencia de la
salmonela, como otras intoxicaciones alimentarias, aumenta en verano
por las altas temperaturas y por la disminución de precauciones a la
hora de cocinar los alimentos. El número total de casos de
salmonelosis el año pasado fue de 3.507.
Aun así, los hospitales y los centros sanitarios no están obligados
a informar al Ministerio de Sanidad de los casos de salmonelosis que
tratan, salvo si se produce un brote. De todas las urgencias
relacionadas con infecciones por alimentación del Hospital
Universitario Doctor Peset de Valencia sigue predominando en un 50
por ciento la salmonelosis, enfermedad que sólo se declara “si se
dan dos o tres casos con el mismo foco, es decir, cuando hay un
brote importante”, aclara el jefe de urgencias, Juan Sánchez Carpena.
El peligro de la salmonela no se encuentra sólo en la mayonesa o en
el huevo, sino también en las carnes, las aves de corral, la leche
cruda, el agua no tratada y en frutas y verduras contaminadas por la
bacteria y por el contacto con personas y animales infectados. De
hecho, la epidemia de salmonela más sonada de los últimos años se
produjo por el consumo de pollo precocinado en Valencia en 2005. Un
anciano murió y 2.389 personas resultaron afectadas. Los niños y los
ancianos son los más vulnerables por esta bacteria.
Cinco enfermedades estrella
Entre las enfermedades de transmisión alimentaria que sí incluye el
Ministerio de Sanidad en su lista negra se encuentran el botulismo
(envenenamiento causado por una toxina que afecta al sistema
nervioso), el cólera (infección intestinal aguda, con diarreas
abundantes, vómitos y colapso circulatorio en 24 horas y que en los
casos no tratados puede incluso ocasionar la muerte), la disentería
(enfermedad asociada a dolor abdominal, fiebre, diarrea e
inflamación y ulceración de la boca y cuyo vehículo más común es el
agua), la fiebre tifoidea (infección bacteriana que afecta al
intestino y que suele contagiarse por consumir alimentos
contaminados, entre ellos la leche, el queso, los helados y otros
derivados lácteos), y la triquinosis, cuya transmisión se produce
por el consumo de carne o productos cárnicos crudos o poco
cocinados.
Sanidad no parece muy preocupada por estas enfermedades, ya que ni
siquiera controla los datos exactos de los casos ocurridos en
España, según ha podido comprobar esta revista. Según cifras del
ministerio, las enfermedades con más casos declarados en el 2007 son
la disentería, con 219, y la triquinosis, con 115. Sin embargo, y a
pesar de que la salmonelosis no sea de declaración obligatoria, los
3.507 casos del año pasado son alarmantes. Sólo en la Comunidad
Valenciana, una de las regiones con más turismo, se produjeron el
año pasado 566 intoxicaciones por ingestión de comida, de las cuales
casi un 50 por ciento corresponden a la salmonela.
Un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA,
en sus siglas inglesas) ya situó en abril del 2007 a España entre
los países europeos con un índice más alto de contaminación por
salmonela (41,2 por ciento) en pollos destinados al consumo. Según
los datos del informe, España se sitúa en cuarta posición en este
negativo apartado, sólo superada por Portugal (43,5 por ciento),
Polonia (58,2 por ciento) y Hungría (68,2 por ciento). En junio de
este año, se realizó este mismo estudio en el ganado porcino y
España resultó el país con mayor número de animales infectados con
salmonela, un 29 por ciento, cuando la media en la Unión Europea es
del 10,3 por ciento. Para Markos Kyprianou, comisario de Sanidad y
Protección de los consumidores de la UE, la salmonela es una de las
enfermedades de origen alimentario “más frecuentes en la UE, que
afecta a miles de personas cada año”. La Autoridad Europea de
Seguridad alimentaria recomienda iniciar acciones no sólo en el
ámbito comunitario sino también nacional. Estas acciones deben ir
destinadas sobre todo a reducir los tipos de salmonela con especial
relevancia para la salud pública, así como promover campañas de
educación destinadas a los consumidores. También apuestan por
implementar, de forma más estricta, la legislación europea de
higiene alimentaria en el campo de la restauración colectiva para
aumentar la protección de los consumidores.
“Una intoxicación alimentaria consiste en la aparición del cuadro
típico de diarrea aguda, frecuentemente acompañada de náuseas y
vómitos, como consecuencia de la ingestión de determinadas bacterias
o sus toxinas”, explica Enrique Domínguez Muñoz, presidente de la
Sociedad Española de Patología Digestiva y jefe de servicio de
Aparato Digestivo del Hospital Clínico Universitario de Santiago de
Compostela. “Por la elevada temperatura ambiente en esta época del
año, la ingesta de cualquier alimento fresco de origen animal crudo
o insuficientemente cocinado debe ser evitada en verano –continúa–.
La mayonesa es el mejor ejemplo. Estudios realizados en nuestro país
demostraron que hasta el 20 por ciento de los huevos destinados al
consumo humano estaban contaminados por salmonela”. Por ello,
Domínguez lanza su primer consejo: “El huevo crudo debe ser
eliminado de cualquier receta como la mayonesa”. A pesar del peligro
que encierra el calor para los alimentos frescos como el pescado, la
carne, la verdura, la fruta… no se deben dejar de consumir sino,
como apunta este médico, “refrigerarlos bien y consumirlos lo antes
posible”. El doctor Francesc Xavier Jiménez, jefe de Urgencias del
hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, explica que una de las
enfermedades más comunes en verano es la gastroenteritis del
viajero: “Cuidado a la hora de ingerir carne o pescado que no estén
adecuadamente cocinados. El agua es otra vía de infección”.
La doctora Susana del Pozo, de la Fundación Española de Nutrición,
sostiene: “No hay que eliminar ningún alimento en verano, sino tener
precaución a la hora de manipular los alimentos”. Del Pozo hace
especial hincapié en la higiene de los alimentos que se vayan a
consumir: “Lavar las verduras y las frutas es esencial. No hay que
abusar de las comidas copiosas o grasas como los helados, que llevan
manteca, pero tampoco hay que privarse de un capricho”. Según el
jefe de Urgencias del Hospital Universitario Doctor Peset de
Valencia, Juan Sánchez Carpena, “es importantísimo en esta época del
año no romper la cadena del frío de los alimentos”. Esto significa
consumir los productos congelados o conservados en neveras nada más
sacarlos. “En los bares o restaurantes no se debe consumir nunca
aquello que tenga un aspecto dudoso, sobre todo aquellos alimentos
que llevan huevo o leche –añade Carpena–. Hay una cosa que no
tenemos muy presente en verano y es la importancia de cerrar bien la
bolsa de la basura, que es un foco de alimentación de las bacterias”
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