Técnicas tántricas para ser mejor amante
Te ofrecemos aquí algunas técnicas
del Tantra para hacer mejor el amor.
1) Relax:
Esta es la base de la técnica toda, es sobre lo que se construye
toda la habilidad de controlar el momento de la eyaculación y la
capacidad de tener orgasmos internos. Con rélax nos referimos a
tener el poder de encontrar la calma y el relax en el momento de
mayor excitación.
Hacer el amor en forma tántrica suele ser algo tranquilo, lento, que
lleva un tiempo, donde cada parte de la pareja debe tomarse su
tiempo para realizar el acto.
Y, en este tipo de acto sexual, es mucho más fácil relajarse y
pensar, que si estamos haciendo el amor de forma salvaje y veloz. Ya
el hecho de ir más lento hace que estemos más relajados.
2) Conciencia:
Estar relajados nos permite abrirnos, aumentar nuestra conciencia,
elevar nuestros sentidos, abrir la mente al universo y enfocarla en
todo lo que en él ocurre. Y, especialmente, enfocar nuestra mente y
nuestra conciencia, mucho más amplia ahora, en el momento de placer
por el que estamos atravesando. Si podemos apreciar lo bien que nos
sentimos y lo placentero que es lo que estamos haciendo, más
posibilidades hay de que podamos bajar el ritmo, relajarnos e ir más
despacio.
3) Medición:
El siguiente paso, una vez que hemos logrado estar abiertos y con
todos nuestros sentidos alerta y aumentados en sus capacidades, es
monitorear y medir nuestro nivel de excitación.
Sí, como hemos logrado estar en armonía con nuestros sentidos y
sensaciones, ahora deberíamos ser capaces de mantener un estricto
control sobre nuestra excitación (control entendido como la
capacidad de hacer un seguimiento, para saber dónde se encuentra
nuestro nivel de excitación).
Una vez que sabemos donde estamos parados con respecto a nuestra
excitación, podemos pasar al otro tipo de “control”, aquel que nos
da la posibilidad de dirigir nuestra excitación, de reducirla y
aumentarla, de modificarla para aumentar el disfrute, tanto nuestro
como el de nuestra pareja. Las cosas que nos excitan y que nos hacen
perder la excitación no son siempre las mismas, cambian con el
tiempo e incluso pueden cambiar con nuestro estado de ánimo o con
nuestro humor, por lo cual pueden ser diferentes de un día para el
otro. Y no son siempre obvias.
La idea de este paso es conocernos a nosotros mismos, ser capaces de
leernos y saber exactamente dónde estamos, para poder ejercer un
control y modificar la excitación de la forma en que lo deseemos. A
medida que practiquemos, seremos capaces de ejercer más y más
control sobre esta medición, hasta dominarla casi completamente.
4) Ritmo:
Cuando hablamos de propio ritmo, nos referimos a ser capaces de
dominar la forma en que nos movemos, el “ritmo” que llevamos durante
el acto sexual, para reducir su velocidad.
Si nos concentramos en el momento, en las sensaciones que estamos
sintiendo durante el acto sexual, no en llegar al orgasmo o a la
eyaculación, lo más seguro es que mantendremos un ritmo más
sosegado, menos veloz y violento, disfrutando el proceso más que el
final.
Siempre debemos recordar que hacer el amor no es correr una carrera,
que no hay plazos de entrega ni un tiempo o un record para batir,
sino que a lo que apuntamos es a conseguir un momento placentero y
de conexión con nuestra pareja o con nosotros mismos. Debemos bajar
la velocidad, tomarnos nuestro tiempo, no apurarnos, llevarlo con
calma, disfrutar realmente de lo que estamos haciendo, dejando el
final para el momento en que se haga necesario o en que el proceso
verdaderamente este llegando a su fin.
Llevar el ritmo correcto es una parte vital en el control.
La palabra clave en mantener el ritmo es “cima”. ¿A que nos
referimos con “cima”? La cima seria un momento de gran excitación,
el de mayor excitación, el cual una vez superado lleva al orgasmo.
Para lograr mantener una aproximación adecuada a las “cimás”, lo que
debemos hacer es ajustar los estímulos que nos llevan al momento de
placer, de forma que podamos manejarlos y llegar cerca de la cima
una y otra vez, sin superarla nunca, y volviendo a bajar en el
momento en que estemos a punto de hacerlo. Con esto lograremos crear
momentos de placer, subir y bajar en la escala, sin nunca eyacular
realmente.
Básicamente, para decirlo de una forma muy grafica, es caminar por
la cornisa entre recibir tanto placer como sea posible de la
situación y absorberlo, sin nunca pasarnos tanto que se produzca la
eyaculación. Nunca debemos superar la “cima”, porque esto significa
llegar demasiado lejos en la cantidad de placer que podemos recibir,
y por lo tanto se producirá un orgasmo con eyaculación, justamente
lo que estábamos tratando de evitar.
La clave de esta técnica es lograr caminar correctamente esta
cornisa de la que estamos hablando.
5) Circulación de Energía:
En este ítem nos referimos a circular la energía a través del
organismo, alejándola de los genitales y del miembro masculino en
los momentos apropiados, como ya hemos dicho anteriormente.
La idea es, en vez de simplemente apuntar a conseguir un orgasmo tan
grande como sea posible, tan rápidamente como sea posible, manejar
la energía, para poder repartirla por todo nuestro cuerpo,
permitiendo que todo nuestro organismo se eleve a niveles más y más
altos de placer con cada orgasmo interno que tengamos.
Además, como la energía no se desperdicia siendo lanzada del
organismo en la violenta forma que es la eyaculación, sino que se la
pone en movimiento en forma interna una y otra vez, siempre dentro
nuestro, la resistencia que podamos tener durante el acto sexual
aumenta a niveles casi infinitos. Por esto es que esta parte es de
una importancia vital.
Cuanto más excitación se vaya construyendo, más energía deberíamos
ser capaces de redirigir hacia las otras regiones de nuestro cuerpo
para su reutilización.
Las sensaciones que este proceso trae acarreadas son, como mínimo,
de un nivel de placer mucho mayor que el orgasmo normal.
6) Montando la Ola:
A este proceso que hemos estado describiendo de aumento del placer a
través de los múltiples orgasmos internos se lo llama montar la ola
y es el ultimo paso a explicar aquí y, por supuesto, el más
importante y la técnica más importante que podemos explicar.
Montar la ola es una explicación perfecta de cómo vamos progresando
en la escala de obtención de placer, aumentándolo constantemente a
través de las subidas y bajadas, dejándonos llevar por este proceso.
Este aumento escalonado del placer no es experimentado,
lamentablemente, por aquellos que llegan velozmente a la
eyaculación. Ellos nunca desarrollan su habilidad para absorber más
y más placer, por recibir cada vez más placer antes de terminar.
Pero cuando uno lo logra, las sensaciones de la ola son de un
éxtasis total, que no puede ser comparado de ninguna forma con el
orgasmo común que todos experimentamos.
Esta serie de pasos y momentos en la técnica son una explicación
simplificada pero correcta y completa de cómo se produce este
proceso en escala de creación de energía sexual y placer, de la
forma en que éste aumenta como si de una rampa se tratase.
Práctica
Lo cierto es que, una vez experimentado este tipo de orgasmo, la
desesperación masculina por llegar a la eyaculación y simplemente
derramar tanto semen como sea posible se nos volverá incomprensible.
O, mejor dicho, la comprenderemos, pero no habrá forma de que la
compartamos y hasta nos parecerá un tanto triste lo limitado que
esta perspectiva es, con todas las otras posibilidades que se abren
y de las que la mayor parte de los hombres no conoce absolutamente
nada.
Pero hasta aquí todo ha sido teórico y, lamentablemente, con leer
unas cuantas líneas no alcanza para ser un experto en ninguna
disciplina. La practica es imprescindible, ya que no hay mejor forma
de conocer que a través de la propia experiencia (el que en este
caso la practica pueda llegar a ser algo tan placentero, es
simplemente un valor agregado).
La práctica es necesaria, como en todo ejercicio relacionado con el
Tantra, para poder cambiar nuestros patrones de energía, nuestros
hábitos y, principalmente, nuestra mentalidad con respecto a los
fenómenos.
El Tantra es no sólo una forma de conseguir placer, una filosofía
que ve el sexo y el placer como un medio de celebración, sino una
forma de hacer el amor totalmente distinta a la que es habitual en
las sociedades occidentales, mucho más amplia y espiritual, mucho
más cercana a la meditación que a un simple acto animal guiado por
los instintos y nada más.
El Ejercicio
Como la mayor parte de los ejercicios relacionados con el Tantra,
éste tiene como base la respiración sexual, una practica básica de
toda la filosofía tántrica. Nos referimos a la respiración pausada,
rítmica, relajada y con un patrón determinado y que es el primer
paso a la hora de empezar cualquier practica tántrica.
Esta respiración debe realizarse desde el fondo del estomago, con
toda la capacidad de toma de aire siendo utilizada, y con una
exhalación muy lenta y tranquila, siempre en una calma total y con
todos los músculos del cuerpo tan relajados como sea posible.
En este caso en particular, en el de este ejercicio, ésta
respiración está acompañada de los sonidos y movimientos que
normalmente realizamos durante el clímax del acto sexual, en el
momento en que llegamos al orgasmo. Si logramos aprender esta
respiración y hacer un análisis, entenderemos realmente porque la
respiración es una parte tan importante y remarcada en la practica
del sexo tántrico.
Una vez hecha esa aclaración, empecemos a ver el ejercicio
propiamente dicho, que consta de una serie de paso descriptos
individualmente, simples y fáciles de seguir.
Esta práctica debe ser hecha con una pareja, no en soledad, y la
idea es utilizar la respiración sexual a la que hacíamos referencia
anteriormente para alejar la excitación y la energía de nuestras
zonas más erógenas y repartirla por todo el cuerpo.
Tantra: en busca del orgasmo múltiple
Los secretos de un buen amante
Fuente
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