¿Nos aproximamos al fin de los problemas de suministro de microchips?
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¿Nos aproximamos al fin de los problemas de suministro de microchips?

Desde hace más de dos años nos hemos acostumbrado a oír que nos encontramos en una etapa de escasez de microchips que podía afectar a la disponibilidad de cualquier producto que pudiéramos necesitar. En un mundo tan tecnológicamente desarrollado cualquier dispositivo requiere un número enorme de circuitos integrados para su correcto funcionamiento, desde ordenadores, videoconsolas, dispositivos móviles o vehículos, hasta cualquier pequeño electrodoméstico donde podría no ser tan evidente su presencia.

Aunque son varios los factores que han llevado a esta situación, el principal, en palabras de los implicados en la fabricación, es la falta de adecuación de la producción a la demanda. En un entorno que requiere cada vez más componentes, las líneas de producción no pueden hacer frente a los requerimientos de los consumidores con la capacidad actual y por lo tanto se producen restricciones que se van acumulando en un efecto bola de nieve.

Las restricciones podrían durar hasta el 2024

A principios del año 2022 se empezaron a oír rumores sobre un posible fin de la crisis de semiconductores y cómo el mercado podría reponer su nivel de actividad previo. No obstante, uno de los pesos pesados de la industria de semiconductores (sino el más relevante), ASML, pronosticó que seguirían existiendo restricciones en el acceso a los chips hasta, al menos, 2024, de acuerdo a las palabras de su presidente Peter Wennink en Financial Times.

ASML produce las máquinas de litografía necesarias para la fabricación de microchips; es el fabricante de la maquinaria y el utillaje necesario para que fabricantes como Intel, AMD, Nvidia… pongan en marcha sus líneas de montaje de circuitos integrados. ASML es, a la vez, el responsable de la “guerra de los nanómetros”, donde los fabricantes luchan por reducir el tamaño de sus componentes utilizando tecnologías cada vez más reducidas, redundando en menor consumo energético y menor temperatura de operación.

Para hacer frente a la falta de capacidad, los fabricantes, luchan (invierten) por ponerse a la altura de la demanda a la vez que mantienen sus procesos productivos. Estos adecúan su producción para la fabricación de los equipos o productos necesarios con cierto decalaje, al menos dos o tres años según comentarios del presidente de Intel, Pat Gelsinger (tras anunciar una inversión de 80.000 millones de dólares para aumentar su capacidad de producción de chips).

A su vez, ASML comenta que durante el año 2023 enviará más maquinas a las líneas de producción, pero será necesario incrementar notablemente estas líneas para cubrir la demanda actual (se estima un incremento de alrededor del 50%).

El efecto látigo

La segregación y compartimentación de la cadena de suministro, que aísla las necesidades de los clientes finales de los primeros suministradores o productores, puede producir el llamado efecto látigo. Ante la incapacidad de cubrir la demanda de los clientes finales, los productores intermedios de bienes de consumo se aprovisionan con una pequeña sobrecapacidad sobre la demanda actual, lo que a su vez lleva a que los suministradores de un nivel superior tengan que aumentar con algo de margen sus capacidades. Esto se reproduce a lo largo del proceso productivo, de tal forma que esa demanda ampliada se propaga hacia arriba por la cadena de suministro haciendo que los suministradores iniciales identifiquen unas necesidades muy por encima de las reales del mercado final.

A su vez, la demanda es variable y puede cambiar durante el tiempo necesario para que los productores incrementan su capacidad para producir más unidades y cubrir los requerimientos del mercado del 2020 (el decalaje mencionado anteriormente). Actualmente, cualquier efecto puede influir en la demanda y las necesidades de los clientes pueden disminuir, llevando a los productores a un escenario totalmente contrario: sobrecapacidad, unidades no vendidas y una inversión con dificultades para ser rentabilizada.

¿Cuál será la reacción de la demanda en el contexto actual?

Factores económicos globales o locales están influyendo ahora mismo en la demanda: confinamientos masivos en china por su política de Covid-cero y paralización de la economía, subidas de tipos de interés y riesgo de recesión en las principales economías globales, aumentos en los precios de la energía, bajadas en la cotización del Bitcoin o otras criptomonedas que hacen que se desmantelen granjas de minado con cientos o miles de tarjetas gráficas que finalmente inundan el mercado… Cualquiera de estos factores, o todos a la vez, están haciendo disminuir el apetito del mercado por nuevos productos.

Será necesario esperar para ver el comportamiento del mercado de semiconductores durante el próximo año 2023 y averiguar si los fabricantes logran ponerse a la altura de las necesidades, y si finalmente los precios se estabilizan o si continúan inflacionados buscando rentabilizar unas inversiones infrautilizadas.

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