Conoce las
7 claves de España para ser campeona
A falta de un día para que comience el
Mundial de Sudáfrica y a seis
días para que la roja
se ponga a funcionar ante Suiza, en el que será su debut en el
torneo (miércoles 16, 16.00 horas), la euforia española por el
título se ha disparado ante los halagos recibidos desde cualquier
parte del mundo, gracias a una trayectoria impecable en la fase de
clasificación y al éxito de la Eurocopa.
Subjetivo o no, y sin fundamento real en
unos resultados que ciertamente aún no existen, al no haber
comenzado el torneo, cierto es que
España se ha ganado el respeto internacional por empeñarse
en su totalidad a un fútbol puro, que esquiva las tácticas
ultradefensivas y el conservadurismo resultadista, ese que bien
podría haber servido de referencia tras años de desengaños a nivel
internacional.
Muchas son ahora las voces que
señalan al combinado de Vicente Del Bosque como el gran favorito al
título el 11 de julio (con permiso de Brasil, Argentina o
Inglaterra), más si cabe tras la exhibición de fútbol brindada ante
Polonia (6-0) a una semana de su debut en Sudáfrica, disipando las
dudas aparecidas en los amistosos previos en la fase preparatoria.
Lo cierto es que España posee una
esencia independiente, una
patente futbolística basada en la continuidad del proyecto campeón
de Luis Aragonés en 2008 y en la consagración de un estilo creativo,
ofensivo y de mucho toque. El aval llega de la mano de un
técnico 'tranquilo' y de
una generación ganadora
que que podría reeditar sensaciones dos años después.
Más allá del mal fario (será la
participación número 13 de España) y que el mejor resultado en una
Copa del Mundo se produjo en Brasil 1950 (cuarto), el combinado
nacional conoce el camino para materializar la superioridad virtual
y coronarse, por final, a nivel mundial.
Siete son los partidos para
tocar el cielo y siete las claves para conseguirlo:
-
Desterrar el exceso de confianza.
Lidiar con el papel de protagonista es
una de las grandes gestas que debe llevar a cabo España, tras
maravillar a medio mundo con su fútbol, así como ser esquivos a
la superioridad preestablecida, algo que pasó factura ante
Estados Unidos en las semifinales de la Copa Confederaciones
2009. Para ganar un Mundial hay que cuidar los detalles y un
descuido puede ser fatal. De hecho, sólo nueve selecciones en la
historia saben lo que disputar una final y, siete, alzarse con
el título.
-
Buen ambiente en el grupo.
Se vio en la Eurocopa, se prolongó en la Copa Confederaciones y
ha quedado patente en la fase de clasificación. No hay ninguno
de los internacionales que no apele al sentido del grupo y al
compañerismo. La confianza de este grupo ganador se forjó en las
buenas relaciones en una generación muy parecida en gustos y
personalidades. La inercia ganadora de la selección procede, en
parte, de esa continuidad y esa 'transición' calmada que ha
sabido llevar a cabo Vicente del Bosque y que los
internacionales han asumido a la perfección.
-
Las lesiones y los ‘tocados’.
Crucial será contemplar el estado de forma de Andrés Iniesta,
que sufrió un duro tramo final de temporada por las lesiones y
que ha acabado la fase de preparación con un nuevo problema
muscular (el tercero del año). Además, Torres (Liverpool) y
Fábregas (Arsenal) superaron óptimamente dos lesiones que les
impidieron finalizar la campaña 2009/2010 con sus respectivos
equipos. Ahora sólo cabe esperar que la mala suerte no se cebe
de nuevo con España y que, de ocurrir, no se vea afectada
nuevamente la espina dorsal del equipo.
-
Suerte en los cruces.
Un Mundial es mucho más que fútbol y España, pese
a tener un grupo asequible, puede sufrir en los emparejamientos
de octavos y cuartos de final ante rivales consagrados y
peligrosos, como es el caso de Brasil, Portugal, Costa de Marfil
o Italia. La maldición de cuartos parece quedar olvidada tras el
éxito en la Eurocopa, pero lo cierto es que España todavía no ha
sido capaz de demostrar su potencial en una cita mundialista y
que, en esta ocasión, puede verse perjudicada por el duro camino
hasta la final. También es cierto que, para ser campeón, hay que
ganar todos. Quizá, mejor sea empezar cuanto antes...
-
El fútbol de toque.
Es el ADN de España.
Este equipo lo es todo gracias a un filosofía interiorizada por
todos y cada uno de los jugadores, incluidos los defensas. Ante
Polonia, la roja volvió a rescatar esa plasticidad tan
característica. Un juego fundamentado en uno o dos toques, de
acompañamientos y paredes, que tiene por objetivo facilitar las
decisiones del compañero. Ajenos al tópico del músculo y la
potencia en el eje central, Xavi, Xabi Alonso, Iniesta o Cesc,
han demostrado que su estilo funciona y gusta, y por ello están
considerados como cuatro de los diez mejores centrocampistas del
mundo. La regularidad y la fluidez en el juego serán cruciales.
-
El binomio goleador Villa-Torres.
Seguramente más Villa que Torres, en lo que refiere al gol, pero
lo cierto es que el asturiano no puede cargar solo con la
responsabilidad de hacer los tantos de la selección. Uno da lo
que el otro no tiene y eso les hace necesarios. Villa suele dar
frecuencia, rotación anotadora, mientras Torres ya demostró que
es capaz de hacer el tanto decisivo (final de la Eurocopa). Y
eso es algo que toda selección sabe.
-
El banquillo. La
rotación será crucial en el equipo, después de una temporada
larga.Habrá que tener en cuenta a jugadores como Silva, Pedro,
Navas, Mata o Llorente, así como la contundencia de Busquets en
el centro del campo. Las tarjetas, las lesiones o la posibilidad
de que algún equipo pueda frenar el vendaval futbolístico de
España, obliga a Del Bosque a tener preparado un plan B con
alternativas. Jugadores tiene para ello, así que España debe ser
imprevisible.

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