Ferrari, Renault, Mercedes y BMW abandonaran la actual Formula 1
Las escuderías más
importantes del circo mundial anuncian la puesta en marcha de una
competición paralela en el 2008 fuera del control de Bernie
Ecclestone, propietario de la competición
El comunicado fue publicado en el sitio
de Internet de la GPWC (Grand Prix World Championship), la
asociación que agrupa a Ferrari, Mercedes, BMW y Renault, las
fábricas que en este escrito le cuestionan a Ecclestone la
distribución de las ganancias en la Fórmula 1 actual.
"GPWC Holdings encargó a International Sports and Entertainment
(ISE), firma líder en el marketing y management en el deporte de
alto nivel, que comience a preparar inmediatamente la estructura
operativa y comercial de una nueva competición que debería comenzar,
como muy tarde, en 2008", sostuvo el comunicado que reprodujo la
agencia ANSA.
ISE es un emprendimiento conjunto creado a comienzos de 2003 por dos
gigantes de la publicidad y los derechos de televisión (la francesa
Publicis y la japonesa Dentsu) y entre sus clientes figuran el
Comité Olímpico Internacional (COI) y la FIFA.
Un grupo integrado por expertos en marketing, deportes de motor,
negocios y entretenimientos -agrega el comunicado-, "está preparando
el terreno para un nuevo tipo de campeonato que conservará los
puntos de fuerza de la F-1 eliminando, al mismo tiempo, sus aspectos
débiles".
"La Nueva Serie será proyectada teniendo en cuenta los intereses de
las partes involucradas: el público, las escuderías, los
propietarios de los circuitos y los demás socios vitales", continúa
el comunicado.
Jurgen Hubbert, presidente de GPWC Holdings, afirmó que "se fue más
que paciente con el actual management de la Fórmula 1, pero los
eventos recientes evidenciaron que se precisa una estructura que
garantice un futuro estable y próspero de este deporte".
Ecclestone se queda con la mayor tajada y las escuderías corren con
los gastos
El descontento de las principales constructoras se basa en el
fracaso para alcanzar un acuerdo con SLEC, la firma de Ecclestone,
para una redistribución de los ingresos de la Fórmula 1, sobre todo
de los dineros por derechos de televisión.
La GPWC, agregó el comunicado, buscó desde su creación en mayo de
2001, acordar con SLEC "cuatro objetivos primarios: 1) asegurar una
estabilidad a largo plazo para el deporte, 2) mejorar
significativamente los beneficios económicos de todas las
escuderías, 3) alcanzar la más alta audiencia posible y 4)
garantizar trasparencia".
El 19 de diciembre pasado, Ecclestone, los directores de GPWC y los
bancos accionistas que poseen el 75 por ciento de SLEC (Bayerische
Landesbank, JP Morgan, Lehman Brothers) y Bambino Holdings
(propiedad de Ecclestone) suscribieron una carta incluyendo esos
objetivos, dice el texto.
Pero el 23 de abril de 2004 "algunos accionistas" de SLEC no
respetaron "algunos puntos claves" y la GPWC "decidió interrumpir
las tratativas y recomenzar el camino hacia la organización de una
nueva serie", concluyó el comunicado.
Descontento con el nuevo reglamento
Otras fuentes indicaron, sin embargo, que además del aspecto
económico, el anuncio de una nueva categoría se debería al
desacuerdo de las cuatro escuderías con los cambios reglamentarios
que quiere imponer Ecclestone para la próxima temporada.
Las variantes más significativas serían la unificación de todas las
máquinas en ocho cilindros contra los diez que se utilizan en la
actualidad y la elevación de la altura de los autos, en busca de
menos velocidad en las curvas y emparejamiento entre las escuderías.
El anuncio fue formulado sólo horas después de que Ferrari quedara
enfrentada con el resto de las escuderías, que la acusan de no
apoyar los cambios para reducir los gastos actuales en la categoría.
En 2006 vence el Pacto de la Concordia, suscripto por todos los
equipos que participan de la categoría, la Federación Internacional
de Automovilismo (FIA) y Ecclestone, que regula los recursos
económicos de la categoría.
"La Fórmula 1 debe renovarse, pero es inaceptable que las escuderías
reciban sólo 47 por ciento de los ingresos por la venta de derechos
de televisión y apenas un cuarto de las ganancias globales del
circo", se quejó Jean Todt, director deportivo de Ferrari y su
representante en la GPWC.
Los derechos de televisión de la Fórmula 1 en 2003 supusieron 375
millones de dólares, según el periódico inglés The Economist.
Luca Cordero de Montezemolo, presidente del Grupo Fiat al que
pertenece Ferrari, había clamado que "en ningún deporte los
protagonistas se llevan un porcentaje de ingresos tan bajo".
Sin embargo, Ecclestone advirtió durante el pasado fin de semana que
los porcentajes de ingresos podrían aumentar, "sólo si se incrementa
el número de Grandes Premios", que para 2005 podrían subir a 19, lo
que aceptarían todos los equipos menos Ferrari.
En este contexto, hacia 2008, cuando el Pacto de la Concordia deje
de tener vigencia, la mayoría de los escenarios, una herramienta
clave para el control de la categoría, serán propiedad o tendrán
manejos de empresas ligadas a Ecclestone, incluyendo los nuevos
grandes premios en Asia
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